jueves, 17 de septiembre de 2009

Septiembre



Se ha despeinado la terraza:

Atrás han quedado las madrugadas sofocantes, los gintonics, las opíparas cenas salpimentadas de risas, Trivial 90 y spotify. La regadera navega en la tinaja desbordada por las intensas lluvias de los últimos días. Ya no hace falta regar al atardecer.
Las lagartijas se han despedido a la francesa.
Se me ha perdido el mando del aire acondicionado pero no me importa.
He recogido el manojo de folios emborronados de tantos por ciento, referencias bibliográficas y reflexiones repentinas que han sido mi guía veraniega. He acabado el trabajo (por el momento). El despertador del teléfono móvil vuelve a estar activado. Lo necesito, porque el amanecer se ha retrasado.
La mochila de Roxy, con libros nuevos y cuadernos por estrenar, ha hecho su aparición estelar en el salón junto a la bolsa de deporte. Necesito un chandal, un par de vaqueros, otras nike y unas cuantas sudaderas. Mi hija, pasando revista a su armario.
Los exámenes de septiembre habrán engordado mi saco de enemistades, menos de lo que debería, por supuesto, y esta mañana he coloreado el horario del curso que comienza para ir haciéndome a la idea.

Es por el viento.