miércoles, 28 de julio de 2010

Catalonia is not Spain


Mira que van a tener razón los que enarbolan pancartas con ese lema en todo cuanto acontecimiento internacional se televise desde Cataluña. Siempre a la vanguardia, el Parlament català ha aprobado hoy (por una mayoría que ya quisieran otros en el congreso de los diputados español) la prohibición de las corridas de toros en su territorio a partir de 2012. Pueden hacerlo, han votado (la gran mayoría en conciencia, es decir, sin el corsé de la disciplina de partido) y ha habido un resultado. Democracia pura y dura. El debate previo y la posterior resolución han partido de una iniciativa popular que es "lo más de lo más" en las sociedades libres y democrátivas. Pero ¡ay! ese ejercicio de democracia ha levantado ampollas en el resto de España, que envalentonada por los éxitos de "la Roja", busca motivos para seguir ondeando banderas rojigualdas, aunque tengan que cambiar el águila por el toro (que goza de más simpatías en el tendido). Es asombroso cómo un asunto, que cuando ocurrió en Canarias pasó totalmente desapercibido, vaya a provocar el enésimo enfrentamiento entre España y Cataluña. El PP ya ha anunciado (y no se lo ha pensado dos veces) exigir que el Congreso proteja las corridas de toros en todo el territorio nacional, es decir, también en Cataluña, para volver a ningunear las decisiones soberanas del pueblo catalán respresentado en el Parlament. ¡Si no le sale, quizá decida recurrir al Tribunal Constitucional!

Si cada vez que en Cataluña se toma una decisión (los toros, el Estatut) España lo interpreta como una agresión a su integridad y trata de boicotearla, no me extraña que cada vez sean más los catalanes que se sienten maltratados y que demanden una "orden de alejamiento" de España.

La expectación mediática que ha levantado el tema también merece ser digna de estudio. En TVE han dedicado al menos una decena de videos, tanto en el telediario de mediodía como en el de la noche, y abriendo el informativo. El accidente aéreo de Pakistán, donde no ha habido supervivientes, la reforma laboral para abaratar los despidos o los "nuevos" papeles del Pentágono donde se pone en evidencia las actuaciones militares de EEUU en Irak son "pecata minuta" frente al "temazo" de los toros en Cataluña. Espero que sea sólo un culebrón de verano, aunque algunos seguro que estarán limpiando las pistolas.

Y luego está lo de Prohibido prohibir. La derecha y "asimilados" se han adueñado del concepto de libertat, de democracia, de la reivindicación callejera, de las pancartas y ahora también han hecho suyos los lemas de Mayo del 68. El mundo al revés, vaya. Y otro refrán más: "A río revuelto, ganancia de pescadores". Pescadores, que hay en todos los bandos.

En Cataluña habría sido muy fácil dejar morir la "fiesta nacional" de inanición. Sólo hay una plaza de toros en activo y apenas programa festejos. La Monumental hace tiempo que se ha convertido en simple atracción de "guiris", de esos que se atiborran de toros, gitanas y paellas fastfood, allá por donde pasan. Pero no. Tenían que hacerlo por las bravas. En lenguaje taurino, esperando el morlaco a puerta gayola.

Ahora toca esperar para saber a quién llevan las mulillas de arrastre, si al toro o a los taurinos. Mi pronóstico: Imposible ponerle puertas al campo.

Los catalanes, como siempre, en la avanzadilla del progreso en este país.